miércoles, 24 de junio de 2009

Conversar...


Recuerdo de mi infancia el placer que suponía ir al puerto de Cartagena, ya anochecido y allí, entre el olor especial del mar y el fresco de la noche, tomar un helado conversar con mis padres un buen rato sobre cualquier cosa...
El ser humano es un animal profundamente lingüistico. Su mayor arma comunicativa es la palabra y quizá por eso ha llegado a primera línea en la Creación.
Nos gusta conversar. No importa de qué ni cómo, nos place esa doble mirada en la que podemos ser dos, sin dejar de ser uno. Todo diálogo implica complicidad, porque además de discursivo es afectivo. No solo expresamos sonidos, sino que manifestamos ideas personales, estados internos, secretos. No podemos reducir el ser que habla a un mero comunicador de boletines de prensa.
Conversar es algo más que exponer una idea,en efecto. Lleva implicito todo un ritual, hasta una cierta erótica del lenguaje, persuasiva y sinuosa a veces.
Conversar es el acto humano por excelencia, porque validamos al otro en la convivencia, lo reconocemos como un igual que merece ser atendido y escuchado.
Actualmente se conversa poco y mal. Y el silencio nos enferma, nos deshumaniza.
Vivimos en una sociedad que ha primado una falsa independencia y ha conseguido aislar al hombre que gozaba antes de ese valor comunicativo donde salía lo mejor de él, en el arte de la charla, que no es sino un vaciamiento de aquello que sientes, que incluso escapaba al intento personal de ser retenido y filtrado.
Sentíamos placer al charlar. Eso creo que está suficientemente claro.
Conversar es vincularse, establecer un lazo donde me relaciono no solo fonética, afectiva y conceptualmente, sino moral y éticamente. El lenguaje es un medio para herir o amar.
Ningún lugar mejor para conversar que un Bar. Os lo ofrezco gustosamente.
Un abrazo.

1 comentario:

Delfin Córcoles dijo...

Que recuerdos me trae este post en esta época.

Soy de Aljubé, una pedanía de Tobarra de unos 250 habitantes. En el verano, después de cenar, practicamente toda la gente, sale a la calle "a tomar el fresco" y charlar con los vecinos de todo. Perfectamente se nos podía hacer la una o la una y media de la noche hablando. Y los críos jugando, correteando...

En fin, que durante muchas noches al año eramos mas familia si cabe.

Saludos.