viernes, 19 de junio de 2009

La voz de la serpiente...


Habéis quemado vivo a un hombre, cabrones...
Algunas personas escucharon sus gritos de dolor y de socorro antes de morir en una muerte espantosa. Y estaréis contentos, incluso habréis brindado por ello.
Sois los hijos de un loco, de muchos locos, sois escoria, hienas, no tenéis la condición de seres humanos y por lo tanto merecéis ser cazados sin ningún tipo de piedad.
Pero no estáis solos en la culpa de ese asesinato. Os acompañan los que recogen las nueces de sangre que vosotros vareáis.
Están también los que se han sentado impúdica e impunemente con vosotros a negociar y os han llamado hombres de paz porque hacerlo les mantenía a ellos en el poder.
¡Poder!. Esa es la palabra que resume todo.
Poder a cambio de muerte.
Y no podemos olvidar los nombres de esos colaboracionistas.
Desprecio tantas "enérgicas condenas" de tantos años y tantas veces, las caras de falso dolor en los funerales, el ultrajante sacrilegio de quien osa tocar un féretro para poner una medalla con sus manos de colaboracionista.
Desprecio hacia todos los políticos que no se ganan su sueldo.
Ningún político vale ni una gota de sangre derramada.
Dignidad, justicia y ley.

1 comentario:

Delfin Córcoles dijo...

Si no fuera por el policía asesinado, si no fuera por la familia del policía asesinado, si no fuera por los amigos del policía asesinado, si no fuera por los sentimientos de los españoles de bien ante el asesinato del policía asesinado... sería como Verano Azul o los Simpsons, otro capitulo repetido por enésima vez.