A veces se cansa uno de tener que defender aquello en lo que cree, como si fuese culpable de un delito de lesa majestad, cuando lo normal sería que cada cual pudiese ir por la vida con sus ideas dignamente expresadas sin miedo ni complejos, pero ya se ve que no puede ser así.
"Mola" ser rojo, has de ser rojo por narices y uno se siente en parte como debieron sentirse aquellos compatriotas nuestros, judíos de fe que eran obligados a renunciar a la fe de sus padres y optar por un bautismo obligado.
¡La historia tiende a repetirse, que pena.Quizá es que el ser humano tiene un recorrido existencial muy corto y no es capaz de asumir el reto de la libertad personal y del otro y ha de estar atado a un control limitante!.
Hay que reivindicar hoy día el sentimiento de ser de derechas, orgullosamente expresado, o al menos, sin complejos ni miedos.
Creer en la familia, en el valor de la misma, en la tierra donde se ha nacido, depositaria de valores, de recuerdos, de historia, en la fe, vivida personal y comunitariamente, en los sentimientos, en la propia vida, en la trascendencia, todo ello no es algo renunciable y fácilmente cambiable.
Se cree y se vive profundamente o no se cree. No hay tintas medias.
Por eso toca reivindicar orgullosamente el derecho a ser, a creer, a la propiedad privada, al trabajo, a crecer y desarrollarse, a la vida y a su salvaguarda, sin complejos ni miedos.
Felíz día de S.Juan,amigos.
"Mola" ser rojo, has de ser rojo por narices y uno se siente en parte como debieron sentirse aquellos compatriotas nuestros, judíos de fe que eran obligados a renunciar a la fe de sus padres y optar por un bautismo obligado.
¡La historia tiende a repetirse, que pena.Quizá es que el ser humano tiene un recorrido existencial muy corto y no es capaz de asumir el reto de la libertad personal y del otro y ha de estar atado a un control limitante!.
Hay que reivindicar hoy día el sentimiento de ser de derechas, orgullosamente expresado, o al menos, sin complejos ni miedos.
Creer en la familia, en el valor de la misma, en la tierra donde se ha nacido, depositaria de valores, de recuerdos, de historia, en la fe, vivida personal y comunitariamente, en los sentimientos, en la propia vida, en la trascendencia, todo ello no es algo renunciable y fácilmente cambiable.
Se cree y se vive profundamente o no se cree. No hay tintas medias.
Por eso toca reivindicar orgullosamente el derecho a ser, a creer, a la propiedad privada, al trabajo, a crecer y desarrollarse, a la vida y a su salvaguarda, sin complejos ni miedos.
Felíz día de S.Juan,amigos.
1 comentario:
Todo se está polarizando demasiado. O se es bueno, o malo. No hay términos medios.
Todos Moros o todos Cristianos, y a quien no le guste... a hacer como que.
Buen día de San Juan amigo Caminante.
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