lunes, 3 de agosto de 2009

Los 13 de Panamá...


Francisco Pizarro inició la conquista del Perú en 1524 con ciento doce hombres y cuatro caballos en un sólo navío. Sus socios Diego de Almagro y Hernando de Luque se quedaron en Panamá con la misión de contratar más gente y salir posteriormente con ayuda y víveres en pos de Pizarro. Durante esta época mantuvieron duros enfrentamientos con los indios de la costa sur de Panamá donde Pizarro recibió hasta siete lanzadas y Almagro perdió un ojo que le quebraron de un flechazo.
A finales de septiembre de 1526, cuando habían transcurrido dos años de viajes hacia el sur afrontando toda clase de inclemencias y calamidades, llegaron a la isla del Gallo exhaustos. El descontento entre los soldados era muy grande, llevaban varios años pasando calamidades sin conseguir ningún resultado. Pizarro intenta convencer a sus hombres para que sigan adelante, sin embargo la mayoría de sus huestes quieren desertar y regresar. Allí se produce la acción extrema de Pizarro, de trazar una raya en el suelo de la isla obligando a decidir a sus hombres entre seguir o no en la expedición descubridora. Tan solo cruzaron la línea trece hombres: los "Trece de la Fama", o los "Trece caballeros de la isla del Gallo".
Sobre la escena que se vivió en la Isla del Gallo, luego que Juan Tafur le trasmitiera la orden del gobernador Pedro de los Ríos, nos la cuenta el historiador José Antonio del Busto:

Cuadro que escenifica el momento.
"El trujillano no se dejó ganar por la pasión y, desenvainando su espada, avanzó con ella desnuda hasta sus hombres. Se detuvo frente a ellos, los miró a todos y evitándose una arenga larga se limitó a decir, al tiempo que, según posteriores testimonios, trazaba con el arma una raya sobre la arena:
Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere.Un silencio de muerte rubricó las palabras del héroe, pero pasados los primeros instantes de la duda, se sintió crujir la arena húmeda bajo los borceguíes y las alpargatas de los valientes, que en número de trece, pasaron la raya. Pizarro, cuando los vio cruzar la línea, "no poco se alegró, dando gracias a Dios por ello, pues había sido servido de ponelles en corazón la quedada". Sus nombres han quedado en la Historia".
Quería referirme a este hecho como recuerdo de una época de dureza y de gloria, pero también de elección.Esencialmente de elección.
No hay triunfo sin sacrificio. Lo otro es siempre un espejismo, algo falso.
Triunfar significa elegir, tomar determinación y ello conlleva un sin fin de enfrentamientos pero es el comienzo del camino a algo grande, firme, al menos es el camino de la dignidad.
Estamos viviendo unos momentos sumamente convulsos y llenos de incertidumbres.
El psoe de Rodríguez se revuelve como gato panza arriba para aumentar el poder y su capacidad de destrucción de España.
Ayer, la momia decía,refiréndose a lo de Camps:
"Menos bromitas"...Y le temblaba la voz, la ira pugnaba por salir.
No es una gobernante, es una sectaria con poder.
El PP debería tomar buena nota de todo esto; lamerse un poco las heridas pero no quedarse contemplando el cielo a ver si baja el santo Job a ayudarles.
Si hay agallas, es preciso colocarse la espada al cinto e ir a por ellos en las Cortes, en los ayuntamientos, en todos los espacios políticos.
Y en cuanto a nosotros...elegir si nuestro camino nos lleva al Panamá del desánimo o al Perú de una sociedad democrática y libre.

Buen día,amigos.

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