domingo, 16 de agosto de 2009

No es un bambi...


Estaba uno dado con fruición al fregoteado de los cacharros utilizados en la cena cuando me ha venido a la cabeza, como una inspiración que no debe ser desechada la frase: No es un bambi...
Y acto seguido, una serie de imágenes que corroboraban esa aseveración han ido penetrando en mi cerebro con lo fuerza de un clavo ardiente.
No, no es un bambi. Más bien es una serpiente, sinuosa, reptante, cobarde, capaz de esperar el momento adecuado para hacer presa y estrangular al taimado que se cruza en su camino.
No, no es un bambi. Todos damos al cervatillo esa inocencia que indudablemente en la escala animal posee.
Quienes hemos visto a esos bichos en la naturaleza podemos dar fe de su gracia, de su timidez, de su bondad...
No, no es un bambi.
Más bien podría ser una hiena que espera recoger los despojos porque no tiene arrestos a hacer aquello que otros hacen por ella.
Cualquier animal degradante podría ser él, pero no, por favor: No digáis que es un bambi.

Buen lunes, amigos.

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