martes, 30 de junio de 2009

Cuando una hija se va...


Parecía que nunca llegaría ese día. Y es normal que suceda porque la vida sigue,continúa en ese casi eterno desarrollo que es la repetición de los hechos, pero ya ha sucedido.
Ayer, recogió sus libros, el carro con la comida, su mochila y dijo esa frase esperada:
Bueno, me voy a mi casa...
La miré, era toda una mujer ya. No es la niñita que ví nacer, ni a la que le leía cuentos una y otra vez para que se durmiese. Ni siquiera era aquella niña con la cual repasaba las lecciones, ni siquiera la estudiante. Era alguien autónoma, adulta, independiente.
Tan sólo le dije: Te llevo en el coche, vas muy cargada.
Inicia su vida. Es ley de vida. Deja su espacio aquí, siempre estará, porque cuando se ama a alguien no se va definitivamente.
Hija mía, sé feliz.

1 comentario:

Delfin Córcoles dijo...

El ciclo de la vida va funcionando como tiene que hacerlo. y aunque me imagino que cuando me toque quizá no me haga mucha gracia esta expresión: "me alegro".

Os deseo todo lo mejor.