Tenía pensado escribir sobre otra cosa, pero viendo las muestras de cariño en forma de felicitaciones, diré algo sobre mí,sobre la andadura de un simple Caminante por la vida.
Hace 54, sobre las diez menos cuarto de la noche del 6 de mayo del 55 debí decidir que nacía. Si hubiese podido hablar, cosa que comencé a hacer 9 meses más tarde según mi madre y no he parado todavía, habría dicho:
¡Hola, buenas: he nacido!...
Por referencias sé que de los cuatro miembros de mi familia cercana: padre,madre y dos hermanas, las opiniones sobre que hacer conmigo estaban divididas.
Mis padres, perplejos. Mi hermana mayor me debía mirar con arrobo y mi hermana menor decididamente estaba por tirar a "esa rata" que se aferraba al lebrillo donde me bañaron(uno es antiguo y en lugar de palangana le bañaron en un lebrillo).
Ese era yo: ochomesino y por lo que parece, una pura caquita de niño...
Pero los cuidados de una buena madre lograron sacar adelante a un niño que no debía de tener muchas posibilidades pero sí todas las ganas de vivir posibles.
Obviaré la adolescencia, que fue normal, vamos,aburrida. Demasiado dedicado a los estudios(¡tampoco he sido nada especial para el tiempo que le dedicaba!) y nulo tiempo dedicado a la juerga.
¡Se veía venir la alegría de la huerta en la que me iba a convertir!.
¡Ah!.Se me olvidaba lo esencial:
Nací a pocos metros de la Catedral Vieja de Sta. María de Cartagena, donde se supone vivieron los cuatros santos cartageneros, S.Leandro, S.Isidoro, S.Fulgencio y Sta.Florentina!.
No se me pegó nada de ellos, y es una lástima.
Encaminé mis pasos a la Compañía de Jesús donde estuve cuatro hermosos años.
Cuatro años de los que no me arrepiento en absoluto y que,esos sí,me formaron para la vida. Gracias a todos aquellos hermanos jesuitas que conocí.
Mi amor por el Señor y por la Iglesia es firme e incuestionable, pero no perfecto,que para eso soy un caminante.
Recalé en Zaragoza, donde conocí a la persona que más me ha amado, que lo ha dado todo sin pedir nada, que me ha comprendido, entendido,aguantado y esperado: mi esposa Stella.
Sin ella, sería menos aún de lo que soy.
Ella y mis hijos, Stella e Ignacio, suponen todo en mi vida.
Se han unido amigos,amigas, buenos compañeros, compañeros regulares, algún no enemigo pero tampoco amigo...
Todos ellos conforman mi vida y yo formaré parte de la suya...
Entré en estas páginas no por casualidad, sino creo que guiado por la Providencia.
Dios me cuida desde la eternidad y en este paso por la tierra. En Él pongo mi esperanza.
Y como el cura de Ambricourt, del Diario de un cura rural de Bernanos, hoy, 54 años después sólo puedo decir "que todo es ya gracia".
Un abrazo a todos,amigos y que Dios os bendiga.
Hace 54, sobre las diez menos cuarto de la noche del 6 de mayo del 55 debí decidir que nacía. Si hubiese podido hablar, cosa que comencé a hacer 9 meses más tarde según mi madre y no he parado todavía, habría dicho:
¡Hola, buenas: he nacido!...
Por referencias sé que de los cuatro miembros de mi familia cercana: padre,madre y dos hermanas, las opiniones sobre que hacer conmigo estaban divididas.
Mis padres, perplejos. Mi hermana mayor me debía mirar con arrobo y mi hermana menor decididamente estaba por tirar a "esa rata" que se aferraba al lebrillo donde me bañaron(uno es antiguo y en lugar de palangana le bañaron en un lebrillo).
Ese era yo: ochomesino y por lo que parece, una pura caquita de niño...
Pero los cuidados de una buena madre lograron sacar adelante a un niño que no debía de tener muchas posibilidades pero sí todas las ganas de vivir posibles.
Obviaré la adolescencia, que fue normal, vamos,aburrida. Demasiado dedicado a los estudios(¡tampoco he sido nada especial para el tiempo que le dedicaba!) y nulo tiempo dedicado a la juerga.
¡Se veía venir la alegría de la huerta en la que me iba a convertir!.
¡Ah!.Se me olvidaba lo esencial:
Nací a pocos metros de la Catedral Vieja de Sta. María de Cartagena, donde se supone vivieron los cuatros santos cartageneros, S.Leandro, S.Isidoro, S.Fulgencio y Sta.Florentina!.
No se me pegó nada de ellos, y es una lástima.
Encaminé mis pasos a la Compañía de Jesús donde estuve cuatro hermosos años.
Cuatro años de los que no me arrepiento en absoluto y que,esos sí,me formaron para la vida. Gracias a todos aquellos hermanos jesuitas que conocí.
Mi amor por el Señor y por la Iglesia es firme e incuestionable, pero no perfecto,que para eso soy un caminante.
Recalé en Zaragoza, donde conocí a la persona que más me ha amado, que lo ha dado todo sin pedir nada, que me ha comprendido, entendido,aguantado y esperado: mi esposa Stella.
Sin ella, sería menos aún de lo que soy.
Ella y mis hijos, Stella e Ignacio, suponen todo en mi vida.
Se han unido amigos,amigas, buenos compañeros, compañeros regulares, algún no enemigo pero tampoco amigo...
Todos ellos conforman mi vida y yo formaré parte de la suya...
Entré en estas páginas no por casualidad, sino creo que guiado por la Providencia.
Dios me cuida desde la eternidad y en este paso por la tierra. En Él pongo mi esperanza.
Y como el cura de Ambricourt, del Diario de un cura rural de Bernanos, hoy, 54 años después sólo puedo decir "que todo es ya gracia".
Un abrazo a todos,amigos y que Dios os bendiga.
2 comentarios:
Buenos días amigo Caminante,
FELICIDADES!! Y, al modo clásico: Que cumplas muchos mas y nosotros que lo veamos!
Un abrazo.
¡Felicidades y mil veces felicidades!
Desde luego ganas de vivir no te faltan, no. La familia es la cosa más importante que hay en esta vida y me alegro mucho de que tú tengas una, y por lo que se ve, grande. Coincidimos en el amor y respeto que profesamos hacia la Santa Madre Iglesia, guardiana de los últimos principios básicos, que en mi opinión, han de ser la estrella polar en la vida de un hombre.
Lo que me ha dejado desconcertado es esto "Obviaré la adolescencia, que fue normal, vamos,aburrida" ¡No sé si creerte!:)
El día del nacimiento es el más importante de los días, que lo pases muy bien.
Saludos.
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