¿Merece la pena sufrir?. Podría ser la pregunta, pero no lo es. La pregunta correcta sería,¿por qué acepto sufrir?.
Pues, porque tiene un sentido, especial, superior, porque el sufrimiento no es un fin, sino un momento en el camino, una cruz que hay que llevar para llegar a cumplir la vida. Y se acepta o no se acepta.
Mi admirado Viktor E.Frankl, el psiquiatra judío que se salvó de los campos de concentración y fundó la logoterapia como tercera vía de la psiquiatría decía que el hombre es un ser en busca de sentido y ese buscar le hace superar y admitir cualquier cosa o sacrificio que le lleve a cumplir ese destino...
Podría acabar ya aquí mi papelillo. Con esto habría suficiente, pero creo que merece la pena añadir algunas pequeñas pinceladas.
Vivir es duro. Quien lo niegue, o no sabe de qué habla o ha tenido una vida absolutamente vacía y carente de sentido.
Lo válido es hacer que el sufrimiento disminuya y, si no es posible, aceptarlo como parte de la misma vida.
Unido el sufrimiento a la esperanza es un paso hacia ese destino que todos queremos construir.
El Cristo de Machado, tanto el de la Cruz como el del Camino, salen aquí victoriosos porque asumen ese dolor como una parte del propio vivir, de ver en el otro al Otro...
Pues, porque tiene un sentido, especial, superior, porque el sufrimiento no es un fin, sino un momento en el camino, una cruz que hay que llevar para llegar a cumplir la vida. Y se acepta o no se acepta.
Mi admirado Viktor E.Frankl, el psiquiatra judío que se salvó de los campos de concentración y fundó la logoterapia como tercera vía de la psiquiatría decía que el hombre es un ser en busca de sentido y ese buscar le hace superar y admitir cualquier cosa o sacrificio que le lleve a cumplir ese destino...
Podría acabar ya aquí mi papelillo. Con esto habría suficiente, pero creo que merece la pena añadir algunas pequeñas pinceladas.
Vivir es duro. Quien lo niegue, o no sabe de qué habla o ha tenido una vida absolutamente vacía y carente de sentido.
Lo válido es hacer que el sufrimiento disminuya y, si no es posible, aceptarlo como parte de la misma vida.
Unido el sufrimiento a la esperanza es un paso hacia ese destino que todos queremos construir.
El Cristo de Machado, tanto el de la Cruz como el del Camino, salen aquí victoriosos porque asumen ese dolor como una parte del propio vivir, de ver en el otro al Otro...
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