viernes, 5 de diciembre de 2008

...Y 30 años después, vinieron por mí y no había nadie.


Cuando los nazis vinieron por los comunistas / me quedé callado; / yo no era comunista. / Cuando encerraron a los socialdemócratas / permanecí en silencio; / yo no era socialdemócrata. / Cuando llegaron por los sindicalistas / no dije nada; / yo no era sindicalista. / Cuando vinieron por los judíos / No pronuncié palabra; / yo no era judío. / Cuando vinieron por mí / no quedaba nadie para decir algo. Se le atribuye a Bertold Brech auque parece ser que el poema es de Martin Niemöller. Da un poco lo mismo. Jarcha...¡Libertad sin ira!, banderas por las calles, de todos los partidos, UCD, PSOE, AP, PC... Ibamos a votar, la mayoría contentos e ilusionados, algo nos unía, o creíamos ilusamente unos muchos que era así. Robos, pelotazos, cheques en blanco a González, respaldo de políticas, desencanto, asesinatos, nacionalismos que se van apoderando del poder, maniatando a los teóricos representantes del pueblo soberano para llegar al último asesinato y a la bajeza moral que resume la realidad actual de los "amigos" de partida jugando como si tal una macabra ronda de cartas con un cadáver aún caliente. Palabras, condenas, ocasiones perdidas, manos blancas, asesinos en los ayuntamientos gracias a un amoral al frente del poder. Tengamos cuidado. Quizá se acabe aplicando a nosotros los versos de Niemöller y sea demasiado tarde. Imagenes

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