jueves, 1 de enero de 2009

Dadme un estímulo y moveré el mundo...


Nada, que no, que no voy a hablar del sabio siracusano al que tanto debemos y que acabó tan trágicamente asesinado por un soldado estúpido que no supo guardarse la espada a tiempo.
Si él dijo aquello de: dadme un punto de apoyo y moveré el mundo, yo, inconscientemente me atrevo a decir que si tengo un estímulo, si recibo un estímulo, moveré el mundo.
Y no he bebido. Lo juro.
Esta tarde he tenido una pequeña y deliciosa charla con Alcides. Como siempre, este hombre es un pozo de sugerencias, porque no se guarda cosas para él sino que su mente bulle permanentemente para hacer cosas en favor de los demás.
Andamos con un noble proyecto entre manos que, llegado el tiempo, se desvelará porque "la luz, por pequeña que sea, no es para ponerla bajo la mesa, sino sobre ella y que de luz"...
Hemos hablado de dos personas de aquí, muestra de superación, o de tres. Me guardo los nombres por ahora, pero posiblemente a ellos les suenen los oídos.
Un pequeño estímulo ha servido para que estas personas se sientan mejor, que ya es mucho hoy en día.
Todos podemos mover el mundo con un pequeño estímulo:
Sólo falta ver en el otro un ser humano e intentar ponerse en su lugar.
Un abrazo.

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