Ayer, al revisar el buzón, encontré un sobre marrón con un libro dentro. Venía sin remite pero rápidamente supe quien lo enviaba.
El libro, un libro pequeño de tamaño, pero enjundioso es este que os reproduzco en la foto: "Ante la depresión" del dr. Vallejo-Nájera.
Contenía una dedicatoria personal que resumía afecto,cariño, amistad, diría que hasta agradecimiento y,por qué no, esperanza.
Mucha gente sufre este mal. Puede que hoy sepamos más de esta enfermedad que yo llamo el alcoholismo del alma: lo sufres, lo vences, pero has de estar siempre vigilante.
La depresión se presenta como un padecimiento del alma, que atenaza a quien lo sufre. Cada vez son más los que, en algún momento de su vida, han sucumbido ante lo que experimentan como la insoportable pesantez y gravedad de la existencia. La vida aparece cargada de tedio, de aburrimiento, de hastío. La víctima de la depresión desearía, tal vez, arrinconarse en una esquina y dejarse morir. La subjetividad, cautiva por esta dolencia, expande su pesimismo sobre todo, especialmente sobre el futuro, sobre el mañana, más temido que esperado. Las consecuencias que puede acarrear para el enfermo pueden ser varias: baja laboral, problemas familiares y, en el límite más dramático, incluso el suicidio.
En esta sociedad de la comunicación y de la abundancia, de la competitividad y la lucha, el ser humano amanece solo y confundido, como después de una noche de resaca, tal vez acompañado únicamente por su pobreza, saturado de desengaño y frustraciones, sumergido en la inutilidad de la nada.
¿Cómo ayudar a vencer la depresión? .Junto a la insustituible labor de los médicos, no debe faltar la cercanía personal. La comprensión, la compañía, la escucha; en definitiva, el saberse amado, vale más que todos los tratamientos, aun cuando estos sean necesarios.
Siempre hemos de considerar a este doliente como un ser humano, pensar en lo que sufre y tenderle la mano...porque hoy es él, pero mañana podemos ser cualquiera de nosotros.
Pasad buen domingo,amigos.
El libro, un libro pequeño de tamaño, pero enjundioso es este que os reproduzco en la foto: "Ante la depresión" del dr. Vallejo-Nájera.
Contenía una dedicatoria personal que resumía afecto,cariño, amistad, diría que hasta agradecimiento y,por qué no, esperanza.
Mucha gente sufre este mal. Puede que hoy sepamos más de esta enfermedad que yo llamo el alcoholismo del alma: lo sufres, lo vences, pero has de estar siempre vigilante.
La depresión se presenta como un padecimiento del alma, que atenaza a quien lo sufre. Cada vez son más los que, en algún momento de su vida, han sucumbido ante lo que experimentan como la insoportable pesantez y gravedad de la existencia. La vida aparece cargada de tedio, de aburrimiento, de hastío. La víctima de la depresión desearía, tal vez, arrinconarse en una esquina y dejarse morir. La subjetividad, cautiva por esta dolencia, expande su pesimismo sobre todo, especialmente sobre el futuro, sobre el mañana, más temido que esperado. Las consecuencias que puede acarrear para el enfermo pueden ser varias: baja laboral, problemas familiares y, en el límite más dramático, incluso el suicidio.
En esta sociedad de la comunicación y de la abundancia, de la competitividad y la lucha, el ser humano amanece solo y confundido, como después de una noche de resaca, tal vez acompañado únicamente por su pobreza, saturado de desengaño y frustraciones, sumergido en la inutilidad de la nada.
¿Cómo ayudar a vencer la depresión? .Junto a la insustituible labor de los médicos, no debe faltar la cercanía personal. La comprensión, la compañía, la escucha; en definitiva, el saberse amado, vale más que todos los tratamientos, aun cuando estos sean necesarios.
Siempre hemos de considerar a este doliente como un ser humano, pensar en lo que sufre y tenderle la mano...porque hoy es él, pero mañana podemos ser cualquiera de nosotros.
Pasad buen domingo,amigos.
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