Un tal Cualqui...

Cuando encuentres un comentario amable e irónico, una genialidad en plan Tip, de los Tip y Coll de toda la vida, cuando te hablen con el corazón diciendo verdades como puños, con la inocencia a veces de un niño y la verdad de un hombre es posible que estés leyendo a un tal Cualqui...
Este papelillo de hoy podría llamarse "Cualqui, ese hombre", pero sé que ese pequeño juego no sería del todo de su agrado aunque lo aceptase con esa media sonrisa irónica que pone a veces, porque él no quiere ocupar el puesto de nadie en la historia, aunque reivindique en silencio el suyo.
Cualqui es...Cualqui.
El amigo capaz de explicarte los intringulis más enrevesados de ese mundo informático que él ve como un juego de niños, es capaz de meter horas por un tubo en su "convento trapense privado" de Galapagar pensando sobre cuestiones matemáticas o elaborando composiciones sobre Hillary Hahn, su admirada violinista de naríz respingona.
Cualqui es como un montañero en su soledad de la escalada...
Asciende, muchas veces sin oxígeno de apoyo, resbala, se araña, pero sonríe y sigue la escalada. Él sabe con absoluta certeza que la única solución está en llegar a la cumbre...¿O simplemente en el esfuerzo valiente de la escalada?.
De Cualqui puedes pensar lo que quieras, amigo lector, pero estáte seguro que no escucharás una mala palabra ni jamás te dejará en la estacada, porque es un buen hombre.
Un tal Cualqui cumple años hoy, pero por él no pasan los años porque su humanidad lo llena todo no dejando paso al envejecimiento.
Es como un galán de "Jolibud" el tal Cualqui.
Un abrazo,amigos.