jueves, 9 de julio de 2009

Aprendiendo democracia...


Creo que todos nosotros mantenemos cierta tensión personal que nos lleva a escribir, a pensar, a estar dándole vueltas a las cosas, quizá por un algo innato,aprendido, por un deseo de mejora, por un interés determinado, ¡vaya usted a saber! y ello nos hace buscar en casi todo momento ideas que pudieran aportar algo de luz a la situación que vivimos en España.
Como pueblo hemos pasado vicisitudes de todo tipo, y las hemos superado. ¿Por qué no ahora?.
Me niego a creer que no seamos capaces de sacar adelante esta situación. Algo debe estar fallando para que estemos viviendo un estancamiento político-social que nos conduce por un lado a una aceptación mansa de todo aquello que un grupo de políticos nos impone y por otro lado no se observan signos de inquietud social, de un gérmen de rebeldía autocrítica que conduzca a un cambio.
Tal como hace Mafalda algunos no paramos de reír desencantados de que no seamos capaces de vivir en democracia sino en un remedo de la misma.
Y es un remedo el que consintamos que un sujeto de mente retorcida y de nulas capacidades mantenga rehén a toda una nación mediante sus votos de apoyo.
Ha de privar el bien común general al partidista. Ha de surgir una respuesta firme y contundente de protesta.
¿No estamos emitiendo el mismo mensaje de "vivan las cadenas" que se emitió con Fernando VII?.
Aprender significa equivocarse, pero también no paralizarse ni quedarse lamentando por las cebollas perdidas de la historia frente al maná que viene pasando el desierto.
Aprender democracia es corregir errores, aunque duelan y hagan sangre.
Y tenemos errores históricos recientes como las autonomías, que deben ser reconducidas o eliminadas pero no pueden ser mantenidas como hasta ahora.
Aprender democracia es ofrecer un compromiso común de regeneración, algo etéreo en principio, pero sólido en cuanto va cogiendo cuerpo.
Aprender democracia es, como algunos buenos amigos de estas páginas han propugnado, dar una bofetada a los políticos que no sirven sino que se sirven.
Es posible y debe ser ya, en cada momento. Una respuesta a los nacionalismos racistas y sectarios, al desgobierno, a la oposición tibia, hasta a nosotros mismos.
La libertad individual y como pueblo lo merece.
Un abrazo.

1 comentario:

Delfin Córcoles dijo...

Es cierto que estamos gritando "vivan las caenas". Además muy fuerte.

Confío en que haya un Alcalde que declare la guerra a los chorizos profesionales y que un carnicero grite "Que se los llevan".

Amigo Caminante, a pesar de todo, confío en el pueblo español.

Buen fin de semana.