Algunos de los que aquí escriben no habían nacido. La mayoría sí, y tenemos en nuestras retinas las imágenes de aquél día que, para la mayoría de españoles, pienso que puso un nudo en la garganta, recordando la posibilidad de que se sucediesen hechos dolorosos vividos anteriormente.
Sucedió, a mi entender, porque la situación no daba para mucho más. Día tras día, los servidores públicos, especialmente militares, guardias civiles y policías, pagaban con su vida la sinrazón de ETA que se adueñaba del espacio político, amén de un partido gobernante descompuesto y ocupado en guerras intestinas sucesorias.
Pasó y pudimos remontar lo sucedido, pero parece que no hemos aprendido u olvidamos prontamente.
Creo que se hizo un flaco favor a España con la creación de las autonomías. Al menos tal como están pensadas o como han llegado a ser.
Un Estado quese precie no puede soportar 17 taifas, ávidas de poder,creando ficticiamente necesidades con las que llenar el sentido de su propia existencia; con 17 parlamentos, otros tantos cientos de cargos políticos y una miríada de funcionarios, con leyes en contradicción de las del Estado.
Asistimos igualmente a un despilfarro sin sentido de los caudales públicos, como de nuevos ricos que derrochan el dinero recientemente adquirido.
Decía Platón que la democracia es la antesala de la tiranía...y cada día tiene más razón el filósofo.
Nadie le pone coto a esto, comenzando por la más alta institución del país, SM el rey, que parece asistir impasible al desmembramiento de España sin que parezca importarle.
Quizá este sistema esté agonizando pero no podemos quedarnos esperando que se produzca el fallecimiento sin aliviar al menos los sufrimientos del agonizante.
Hay que volver a la concepción de un Estado fuerte, unitario, donde la honradez pública y privada sea la bandera de engache, con promoción del trabajo y del avance científico; con una educación seria, que promueva unas generaciones preparadas para sustituir sin traumas a la anterior.
Aún es posible hacerlo. Es muy difícil, pero está en nuestras manos. En la de todos. No podemos permitir que se reproduzca otro 23-F porque posiblemente este sí tendría fatales consecuencias.
Buen día, amigos.
Sucedió, a mi entender, porque la situación no daba para mucho más. Día tras día, los servidores públicos, especialmente militares, guardias civiles y policías, pagaban con su vida la sinrazón de ETA que se adueñaba del espacio político, amén de un partido gobernante descompuesto y ocupado en guerras intestinas sucesorias.
Pasó y pudimos remontar lo sucedido, pero parece que no hemos aprendido u olvidamos prontamente.
Creo que se hizo un flaco favor a España con la creación de las autonomías. Al menos tal como están pensadas o como han llegado a ser.
Un Estado quese precie no puede soportar 17 taifas, ávidas de poder,creando ficticiamente necesidades con las que llenar el sentido de su propia existencia; con 17 parlamentos, otros tantos cientos de cargos políticos y una miríada de funcionarios, con leyes en contradicción de las del Estado.
Asistimos igualmente a un despilfarro sin sentido de los caudales públicos, como de nuevos ricos que derrochan el dinero recientemente adquirido.
Decía Platón que la democracia es la antesala de la tiranía...y cada día tiene más razón el filósofo.
Nadie le pone coto a esto, comenzando por la más alta institución del país, SM el rey, que parece asistir impasible al desmembramiento de España sin que parezca importarle.
Quizá este sistema esté agonizando pero no podemos quedarnos esperando que se produzca el fallecimiento sin aliviar al menos los sufrimientos del agonizante.
Hay que volver a la concepción de un Estado fuerte, unitario, donde la honradez pública y privada sea la bandera de engache, con promoción del trabajo y del avance científico; con una educación seria, que promueva unas generaciones preparadas para sustituir sin traumas a la anterior.
Aún es posible hacerlo. Es muy difícil, pero está en nuestras manos. En la de todos. No podemos permitir que se reproduzca otro 23-F porque posiblemente este sí tendría fatales consecuencias.
Buen día, amigos.
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