"La felicidad no depende de la realidad, sino de la interpretación que yo hago de ella"...
Ayer, mientras escuchaba la radio, surgió en una entrevista esta frase. La dijo el psiquiatra Enrique Rojas y me suscitó una reflexión sobre la misma.
La realidad actual, la que vivimos nosotros, sin poder extrapolarla a lo que viven y sufren en otras sociedades mucho más abatidas es,como poco, agresiva, crispadora, tensa...
Asistimos a una crisis económica, a problemas políticos, separatismos etc. Todo eso nos va produciendo ronchas en el ánimo hasta que se levantan ampollas en el mismo.
Por eso la frase no dejaba de dar vueltas en la cabeza.
La realidad es una, la que es, pero los parámetros que ponemos como respuesta condicionan que esta nos dañe o simplemente que podamos sobrellevarla o incluso superarla.
Si no cedemos frente al desánimo, si sacamos fuerzas de flaqueza, si nuestra voluntad es mayor que la tarea, si la confianza en Dios o en nosotros mismos(según nuestras creencias) son superiores a los obstáculos, la respuesta será positiva.
Cuando adaptamos nuestros deseos a esa misma realidad no sufrimos frustración sino cierta paz. Nos quedamos tranquilos con aquello que poseemos, nos es suficiente.
Y especialmente se cumple esta frase cuando la vida que vivimos lleva implicita una dosis de amor y generosidad, con esto, todo se puede, se acepta o se lucha por mejorarlo sin sentir vacíos en el alma, ni frustraciones.
Es difícil, por supuesto, pero es una tarea que puede comenzar en cualquier instante, sólo hace falta dar el primer paso...
Buen domingo, amigos.
Ayer, mientras escuchaba la radio, surgió en una entrevista esta frase. La dijo el psiquiatra Enrique Rojas y me suscitó una reflexión sobre la misma.
La realidad actual, la que vivimos nosotros, sin poder extrapolarla a lo que viven y sufren en otras sociedades mucho más abatidas es,como poco, agresiva, crispadora, tensa...
Asistimos a una crisis económica, a problemas políticos, separatismos etc. Todo eso nos va produciendo ronchas en el ánimo hasta que se levantan ampollas en el mismo.
Por eso la frase no dejaba de dar vueltas en la cabeza.
La realidad es una, la que es, pero los parámetros que ponemos como respuesta condicionan que esta nos dañe o simplemente que podamos sobrellevarla o incluso superarla.
Si no cedemos frente al desánimo, si sacamos fuerzas de flaqueza, si nuestra voluntad es mayor que la tarea, si la confianza en Dios o en nosotros mismos(según nuestras creencias) son superiores a los obstáculos, la respuesta será positiva.
Cuando adaptamos nuestros deseos a esa misma realidad no sufrimos frustración sino cierta paz. Nos quedamos tranquilos con aquello que poseemos, nos es suficiente.
Y especialmente se cumple esta frase cuando la vida que vivimos lleva implicita una dosis de amor y generosidad, con esto, todo se puede, se acepta o se lucha por mejorarlo sin sentir vacíos en el alma, ni frustraciones.
Es difícil, por supuesto, pero es una tarea que puede comenzar en cualquier instante, sólo hace falta dar el primer paso...
Buen domingo, amigos.
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