domingo, 26 de octubre de 2008

¡Adiós, Carmelo!...


Ha fallecido un amigo, un compañero, un hombre bueno, un ejemplo de caballero, un militar, un español. Ha fallecido el capitán ATS del Ejército del Aire don Carmelo Vallés Montanés.
Le conocí de aquellas maneras que dispone la vida. Su hija Elena, compañera mía de trabajo, entró a formar parte del equipo de ATS de la UCI/MI del Hospital Clínico Universitario donde Stella y yo prestábamos servicio.
Nos unían varias cosas: mi cuñado Salvador, ATS también, es a su vez comandante del Ejército del Aire, y por tanto, compañero de Carmelo. Se conocían. Por otro lado, Elena se deshacía en elogios al tiempo vivido en mi tierra murciana, en Los Alcázares, en la Ciudad del Aire.
De ahí surgió conocer a toda la familia:
A África, una esposa dulce y serena, a Cuqui, una mujer de rompe y rasga, experta en Turismo, a Marga, una deliciosa médico, a las gemelas, Montse y Carmela y como no, a mi Elenica...
Estupenda compañera, fuimos con ellos a Torla, en Huesca (Valle de Ordesa) donde tenían su casa. Decir que se desvivieron es poco.
Carmelo era un estupendo conversador,ágil, digno. Siempre le he dicho que parecía un gentleman, un caballero español, que no inglés.
Ellos nos enseñaron Ordesa, nos animaron a amar a la montaña. Tenemos fotos de mi hija Stella con 3 años sobre una piedra en las badinas del río Ara, mientras Carlos( el esposo de Elena) y yo nos helábamos en el río Ara.
Marga y Antonio(un estupendo docente de música) nos acompañaron junto a nuestros amigos por las correrías del circo de Ordesa, inolvidables tardes mientras Antonio intentaba enseñar a una Stellita tipo esponja, todo absorción.
Las gemelas, Carmela y Montse(cuesta identificarlas) son calco fiel de África. Todo está dicho: dulzura.
Cuquí(África) es la persona más ágil, rápida, capaz, que te puedas imaginar.
La vi montarnos un viaje a Lanzarote pasando por Barcelona a golpe de teléfono en menos de quince minutos.
Ahora vive en Tenerife con su esposo e hija dirigiendo una bodega de exitoso vino canario.
¿Qué más decir?. Simplemente que los quiero, que siento su dolor y al mismo tiempo su esperanza de qué mi amigo Carmelo descansa en los brazos de ese Padre que ama eternamente.
A toda la familia, esposa, hijas, yernos, nietas, un beso.

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