miércoles, 29 de octubre de 2008

El 7º de Caballería...o la historia se repite




El coronel George Armstrong Custer mandó el 27 de noviembre de 1868 al Séptimo de Caballería de la división mandada por el General Winfield Scott Hancock contra los siux y cheyennes en la Batalla de Washita en la que 700 soldados atacaron un poblado lleno principalmente de mujeres, niños y ancianos; dejando 105 supervivientes y sembraron un odio profundo contra el que ellos llamaban Long Hair. Seis años después, el 25 de mayo de 1874, le fue encomendada la misión de sofocar la rebelión de indios sioux, cheyennes y arapahoes en Dakota. Debido a la prisa que Custer tenía por llegar a su destino, el Coronel agotó a sus hombres. A esta insensibilidad por sus soldados se sumó la imprudencia de no querer llevar consigo artillería ligera que pudiera retrasar su marcha. Por último, Custer cometió otra imprudencia más: dividir a sus fuerzas en dos. Bajo estas circunstancias, la marcha del Séptimo de Caballería terminó en un desastre militar, perdiendo el regimiento la mayor parte de sus efectivos en la Batalla de Little Big Horn. La mayoría de nosotros hemos visto la película de Raoul Walsh, "Murieron con las botas puestas", interpretada por Errol Flinn y Olivia de Havilland, donde se recrea de alguna manera en forma épica, lo que debió ser todo menos precisamente épico, la derrota y matanza de este regimiento de la Caballería estadounidense. Imitando a don César Vidal diríamos que, sin ánimo de ser exhaustivos, los hechos son los siguientes: 1- El sr.Rodríguez Zapatero no es el "oficial" más preparado para mandar el regimiento. Llega al mando de una manera sorpresiva, diríamos que "accidental"(palabra que le encanta al nombrado señor) tras un atentado terrorista con 192 muertos y 1500 heridos que,años después, sigue sin aclararse. 2-El citado "coronel Rodríguez" se dedica, en secreto, a pactar con la tribu de los etarras, sanguinarios bandoleros independentistas, a los que da cancha y reconoce un estatus que mancilla el buen nombre de esta nación. Igualmente acorrala a los patriotas, a las víctimas del terror, a la Iglesia, a la gente de bien que asiste atónita a sus planteamientos de locura. 3- Dicho sujeto apresta a sus tropas y las lanza contra el resto de regimientos, especialmente contra el 2º del PP que no puede creer lo que ven sus ojos. 4-Siguen uno tras otro los desmanes: Memoria histórica parcialista, daños a la lengua común, compadreo con los oficialillos de regimientos menores, negación del daño general de la disciplina patria, desastre económico frente a la correcta economía de guerra. 5-Por último, en su alocado proceder, apresta a las tropas para conducirlas al desastre arriba mencionado. No se para en mientes. Él y sus oficiales mangonean en los regimientos, acobardan a los otros coroneles, compran voluntades, prometen ascensos, todo con tal de mantener el poder. Nos conduce hacia el desastre. Bien el Presidente de la Nación o el mismo pueblo ha de parar a este sujeto, "ojos glaucos" ante que el desastre inunde a la nación y no queden sino cenizas de lo que era un gran país. Aún estamos a tiempo. Que la historia no se repita...

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