lunes, 16 de marzo de 2009

Padrenuestro...


Ayer, al asistir a la Eucaristía del domingo, mientras rezábamos el Padrenuestro,sentí que lo hacía menos mecánicamente que otras veces. Surgía realmente como una oración de petición.
Y se transformó más o menos en esto:
No nos dejes de tu mano, Señor, porque aunque nos creemos capaces, no siempre lo somos.
Danos fuerzas para seguir adelante porque no siempre tenemos la suficiente para continuar el camino.
Enséñanos a saber discernir entre lo importante y lo que puede ser dejado de lado porque carece de importancia.
Ilumínanos para ser mejores, para abandonar el odio, o al menos el desprecio.
Que sepamos pedir más que exigir, reconocer que no todo lo sabemos, ni que estamos en posesión de la verdad absoluta.
Muestranos la apertura de alma y de corazón para ver en el otro a un ser humano no a un competidor o enemigo.
Y que se haga tu voluntad y seamos capaces de creer en ella...
Pasad un buen lunes, amigos.

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