¡Volvemos a casa!...

Aún recuerdo cuando existían tres ministerios importantes:
Marina, Tierra y Aire... Eran los que regulaban la vida de nuestros Ejércitos y de las acitividades que se producian en el mar, el aire y por tierra,incluso actividades cíviles.
Al mando de cada uno de ellos estaba un almirante, un general de división y un piloto cualificado con muchas horas de vuelo generalmente...
Aquello ya es pasado. Ni lo añoro ni lo dejo de añorar. Lo pasado, pasado está, pero sí he de decir que si añoro algunas cosas de mi infancia cuando al pasar frente a la Capitanía General de Marina de Cartagena a las ocho en punto de la tarde, un cañonazo anunciaba el fin del día militar y la guardia de infantes de Marina arriaba la enseña nacional...
Todos, civiles y militares, niños y adultos, ancianos, nos parábamos respetuosamente hasta que el corneta indicaba el fin del acto.
Viví y crecí viviendo eso y no me siento traumatizado por ello. Ví sucederse muchos reemplazos de marineros,de infantes de tierra, de Marina, de soldados de Aviación con su gorra azul...
Y ahora, al frente del Ejército está una señora que ni siente a España, ni quiere su unidad, ni le importa un higo el honor de esos soldados.
Es algo más serio de lo que parece.
Pertenecemos a un organismo de defensa que se llama OTAN...sí, a ese mismo organismo al que, por manos socialistas no ibamos a entrar. ¿Recordáis?. ¡OTAN, de entrada, no!...
Pues bien, allí metió la cabeza Solana...el simpático Solana, del clan de la tortilla, ya sabéis, sociatas de pata negra...
Y ahora, esta ministra y su jefe, no lo olvidemos, deja con el culo al aire al resto de naciones y se vuelve cobardemente para España.
Todo vale por un voto, o por un puñado de votos. Y son tan cobardes que el jefe se esconde y manda a su recadera a dar un poco la cara, mientras Moratinos balbucea no sé de Hilary Clinton...
¿Hasta cuando vamos a consentir que el honor de España se arrastre por el barro?.
Buen día, amigos.