sábado, 7 de marzo de 2009

Toro...


Dicen que a todos los tontos les da por lo mismo...y debe ser verdad.
Le ha vuelto a tocar al Toro.
A la hermosa imagen que ha pasado de ser imagen de una marca bodeguera a representante de una Nación.
Es una bonita estampa. Lo reconocen hasta aquellos que no aman la Fiesta. Se levanta, majestuoso, vigilante, en muchos lugares de nuestra España.
Y claro, a los independentistas catalanes les parece una machada merecedora de la gran cruz de Pepe Montilla el derribarlo y el exigir que no vuelva a levantarse.
Entre esto y marcharse a Bruselas un par de días a corear en inglés lo de Catalonia is not Spain llenan su cupo de rebeldía porque luego vuelven serenamente a Barcelona al refugio de la casa de papá.
No se derriba una Nación tirando un toro. Pero tampoco se construye esa Nación dejándolo derribado, consintiendo en la villania. ¡Ojo al dato!.
Por eso sería interesante no ya el erigirlo nuevamente, sino aumentar su número por mucho que diga la ley de vialidad lo que diga.
Aquí se conculcan leyes como el que se toma una cerveza, luego nada pasaría si las distintas regiones mostrasen orgullosamente el toro como símbolo.
Cuida de tu gente, toro, que para eso es tu vida,
defiende tu sol de oro,
vigila, toro, vigila.
A España negra y vacía,
oscura como la noche,
la llena un toro de sombra,
un toro negro y enorme,
¡Tenebroso toro Osborne!.
Buen día del Señor,amigos.

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