jueves, 20 de noviembre de 2008

¡Digamos que hablamos de valores!...



Digamos que hablamos de valores...
Uno suele ser recurrente, es decir, nada original, e intenta asumirlo de la mejor manera posible.
De todas formas, dicen que los Tauro somos conservadores, amantes de los valores tradicionales, de la tierra...
¡Vamos que, como el escorpión de la fábula: lo llevamos dentro y no podemos cambiar!.
Ayer peroraba el tal Zerolo, el de los orgamos democráticos(que digo yo que mejor un orgamo individual o a lo sumo compartido pero no vamos a meternos en jardines raros a estas horas...) de que la solución de la juventud de hoy era la EpC( Estabulación para Cretinos).
Y se ha quedado tan pancho. Mienmano, en sus geniales dibujos parlantes ya lo ha dejado bien claro:
¡Así está el tal Zerolo por no haber recibido tal adoctrinamiento!.
Como no me duelen prendas citar lo que es bueno a mi entender, el domingo, al volver de Valladolid, me puse la radio en el tren. No conseguía captar la COPE así que, tras desechar radio PNV, la SER, y alguna más, recalé en RNE, con Pepa Fernández como conductora del programa.
Ya conocía de su buen hacer, de sus colaboradores, tales como Pancracio Celdrán y su magnífico libro de los 1000 insultos en lengua castellana y algunas otras secciones jugosas.
Hablaban de la tolerancia y presté oído y hasta oreja.
Venían a decir que la educación lleva a la tolerancia, al respeto, a la asumción de valores, a la diversidad de criterios, de que la tolerancia era todo un arte y como tal se elevaba por encima de las realidades vulgares.
¡Creía estar en otro tiempo!.
Los contertulios no se agredían, sonreían, bromeaban, se cedían la palabra...
Incluso Pepa se permitía hacer bromas con un colaborador colombiano llamándole afectuosamente "nuestro sudaca" sin que el mentado sintiese que se le desgarraban las carnes.
Decían que tolerar no es tragar, no es el amén a todo, sino el condescender cuando no dañamos nuestros valores.
Siguió un rato la conversación, pero yo estaba perdido en mis pensamientos. Ellos habían logrado elevarme un poco del suelo por el que, sobre las vías, discurría el tren.
¡Aún es posible reconducir todo esto, amigos!.

No hay comentarios: