viernes, 21 de noviembre de 2008

El día del Perdón...



«El perdón es un acto propio de personas que han llegado a una auténtica madurez» - Jean Piaget.Sobre este tema hay mucho dicho y escrito...lo que no sé es si hay mucho hecho, es decir, perdonado.
Todos tenemos algo que hacernos perdonar y que perdonar a su vez. Quizá sea, junto al nacimiento y a la muerte, la situación que más nos iguale a los seres humanos.
El cristianismo basa uno de sus pilares en el perdón. Perdón del Padre Eterno hacia nosotros por mediación del Hijo, e incluso diría que por deseo del mismo Padre que no quiere ver perdida a ninguna oveja de su aprisco.
Y de tanto repetir la palabra perdón ha ido perdiendo luminosidad y fuerza a nuestros ojos.
Sí, la tenemos fácil en la boca y lenta en el corazón y en las manos.
Incluso hay personas que se regodean en no perdonar, manteniéndose muertos en vida y condenando a los demás a un estancamiento a causa de su falta no perdonada.
El perdón no es humillación malsana, sino reencuentro. La parábola del hijo pródigo lo dice todo, y un hermoso libro basado en el cuadro que ocupa este papelillo viene a abundar sobre el tema del perdón.
¿Qué nos retiene a no perdonar?. Unos dicen que el orgullo, otros que el miedo a ser heridos nuevamente.
Algunos comentan que quien la hace, que la pague. Todos son argumentos sólidos o que pueden caer como un castillo de naipes. Esa es su solidez.
Cuando el hombre aprende a perdonar, aprende a perdonarse, que es mucho.
Frente a aquellos que nos niegan el perdón sólo cabe perdonarlos a su vez y esperar que vean la luz.
Perdonar es una actitud, un sentido hecho realidad, un borrar para recomenzar, aunque no debe ser algo blando y sensiblero, sino una opción en la vida.
En la Edad Media, los caballeros que iban a entrar en combate se confesaban entre ellos y obtenían el perdón a sus culpas.
¡Ojalá hoy sucediese algo parecido!.
Quiero dedicar este papelillo a una persona a la que quiero como amiga y que se debate entre angustias por perdonarme o no hacerlo faltas que he debido cometer a sus ojos.
Que el perdón nos alcance a todos.

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