domingo, 16 de noviembre de 2008

La Compañía Viriato...


El viernes, con más ilusión que otra cosa, me dirigí a la Estación de Delicias de Zaragoza. Marchaba a Valladolid, al encuentro auspiciado por Alcides en honor de nuestro amigo Mc Murphy.
El viaje fue normal, es decir, mediano: un TALGO de hace cuarenta años, al que le faltaban algunos pedazos en las ruedas, paradas en todas las estaciones y apeaderos y abundante calor, que para eso tenemos reservas de petróleo.
Iba de bote e bote, lo cual facilita la sensación de consuelo: mal de muchos...pues eso. Salímos a las 16'48h,con total puntualidad.
Entre escuchar la radio, leer, pegar alguna que otra cabezada, mirar la televisión, volver a lee, intentar sintonizar(sin exito)la radio, se pasaron las cinco horas y media de trayecto.
Llegamos también con puntualidad, a las 22'15h y tras subir por los fosos de acceso,arrastrando una pequeña maleta(y con el respiradero atascado, el mío,no el de la maleta)accedí a la sala de espera de la Estación de Valladolid- Campo Grande.
Una rápida mirada y encontré al objeto de mi búsqueda:
Un hombre, alto, un jugador de baloncesto con abrigo se acercaba con una sonrisa en los labios, era Mc; detrás, una joven de mirada dulce y agradable y un caballero con pintas de patricio romano; eran Nuria y Alcides.
Tras los abrazos,que no presentaciones, accedimos a la salida.
Alcides agarró mi maleta y se dispuso a servirme de maletero amistoso, cosa que agradecí porque el fuelle no me daba para mucho.
Sentir el frescor de la noche vallisoletana fue algo estupendo.
Nos encaminamos hacia mi hotel para dejar la maleta, refrescarme un poco y salir a la búsqueda de Alma y Sol, su esposa.
Me coloqué entre Mc y Nuria, lo cual me hacia parecer un valle entre dos montañas de distinta altura. Alcides seguía a cargo de mi bagaje.
El hotel, situado frente a una preciosa iglesia, era el Roma, limpio, acogedor. Sentí que iba a encontrarme bien.
Rápidamente nos encaminamos hacia un bar de tapas(¡y qué tapas!)donde nos encontrariamos con las "almas gemelas"(¡Perdón por el chiste!).
Alcides y Mc se encargaron de pedir, haciendo que probásemos todas las variedades. Estuvimos de animada charla hasta casi las dos de la mañana, que ya decidimos retirarnos en espera de la reunión del día siguiente.
Invitó Mc que, junto con Alcides han sido dos anfitriones de postín.
A las 9 en punto me recogió Alcides, que es un sujeto muy especial: una mezcla de lord inglés y patricio romano como antes he dicho.
Fuimos a desayunar chocolate, torrijas y churros...todo de régimen, para proceder después a una tourné por los monumentos esenciales de ver:
La catedral, la casa donde nació Felipe II, multitud de iglesias pequeñas, grandes, plazas, soportales.
Valladolid es una ciudad limpia, serena y severa en sus construcciones, que merece la pena ver.
Para que mi parienta no dijese que no había pensado en ellos, entramos en el mercado central y compré, por indicación de Alcides un trozo de hornacho, que tiene unas pintas inmejorables.
Repusimos fuerzas con unas tapas y un ribera del Duero y nos acercamos a las inmediaciones de la Academia de Caballería, porque el Chinito y Cualqui nos anunciaban su llegada.
Besos, abrazos,apretones y aparecieron los que faltaban: Sol y Nuria, Alma, Mc Murphy.
Faltaba la guinda del pastel:
¡Mamita!.
Anunciaba que estaba "ad portas" y nos apresuramos a extender la alfombra roja. ¡Por algo rojo que extendamos no pasa nada!...
Apareció, radiante de belleza, con un modelo de chaqueta y pantalón muy chic y ale, para el restaurante.
Cualqui y yo nos colgamos de sus brazos como Casto y Susano de nuestra Hilariona...
¡Vaya restaurante habían apalabrado esta pareja!.
Salvo que casi me dejo los piños en una escalera, tomamos asiento con total normalidad.
Mc encargó dos tablas de variados, consistente en langostinos, rabas de calamar, patatas fritas, carne, hongos, lomo, cecina y algo más, todo bueno. Regado abundantemente con ribera y agua.
Fotos, más fotos y recuerdos...muchos recuerdos.
Aladroque mandó un mensaje, pero el bunquer donde estábamos impidió contestar.
Hicimos repaso de muchos amigos, si me dejo alguno, pensad que un poco de todos estábais allí...
Exco, Ecano, Carabela, Vicentem, Roge, Imper, Emilio,Foratrán, CGM, Inma, Angoru, Eusebio, Maveal, Z4,Moriarti, Visconti, Arturito,Isai...al menos esos en mi parte de la mesa, junto a Mamita.
Larga sobremesa, con un buen café de puchero y unos pastelillos helados de quitar el hipo.
El sentimiento era de encontrarnos a gusto.
Salimos y nos dirigimos a Las francesas, cosa que hizo que Cualqui y yo nos sintiésemos animados ante la posible visión de unas ricas coristas...
Pues no: era un convento precioso reconvertido en zona de compras, cafeterías, con el claustro acristalado y precioso.
Allí calleron algunas copichuelas para unos, cerveza y refrescos para muchos y la despedida de Mamita que marchaba con su niña acompañada de una amiga que viajaba con ella.
Al poco, Alma y Sol se despidieron porque visitaban a un familiar y al rato le dimos puerta al Chinito y a Cualqui, que no cesaba de repetir que hacía frío, que estaba muy viejo y que se encontraba muy delgado...
Nos quedamos los justos...es decir, Mc, Nuria(una belleza serena de mujer), Alcides y yo.
Tomamos un refresco y nos retiramos pronto. Con decir que a las 22h estaba yo dormido como un bebé...
Esta mañana me ha recogido a las 8'30 h Mc, para acompañarme a las estación. Hemos desayunado juntos y ya,tras despedirme, he tomado el TALGO de vuelta.
Durante el viaje he pensado en lo hermoso que es la amistad, la relación, lo bueno, lo agradable,el ser humano.
Y me he sentido bien. Esto hay que repetirlo.

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